Tras catorce meses de lucha y sacrificio vuelven a su puesto de trabajo!! Los Juzgados de lo Social de Almería han declarado nulos los despidos de las cinco mujeres marroquíes de la Sección Sindical del SOC-SAT en Biosol por violación de los derechos de libertad de expresión y actividad sindical
En agosto de 2014, cuando las cinco trabajadoras del manipulado de la empresa de producción biológica BIOSOL de Níjar, Almería, recibieron sus cartas de despido no imaginaban el largo trayecto de sacrificio, lucha y constancia que les aguardaba por delante. Las cinco sindicalistas de la Sección Sindical del SOC-SAT en la empresa, entre ellas su delegada Hafida Mounjid, quedaron en la calle a causa de su participación en un documental de la cadena alemana Arte sobre la agricultura biológica almeriense. Desde el primer momento y durante todos estos meses ninguna de ellas lo dudó un instante: «no hemos hecho nada malo, no hay motivos para despedirnos después de tantos años de trabajo en la empresa, no queremos dinero ni recolocaciones, vamos a luchar por volver a nuestro trabajo pase lo que pase, ya que está en juego nuestra dignidad».
Y lo lograron!, los dos Juzgados de lo Social que sustanciaron sus demandas les dieron la razón: nadie puede ser sancionada por expresar libremente sus ideas, críticas u opiniones ni mucho menos por ejercer una actividad sindical. Una pequeña luz de esperanza y dignidad se ha vuelto a encender en el «mar de plástico». En un clima de miedo, individualismo y sumisión cinco mujeres inmigrantes han desafiado la lógica de la explotación y el conformismo, manteniendo la unidad y la constancia en sus reivindicaciones ante muy numerosas presiones y acometiendo el riesgo de perderlo todo. Sin recursos, sin posibilidad de trabajar en otros almacenes y sufriendo la marginación de parte de sus compañeras presionadas por la empresa, llegaron a rechazar indemnizaciones que duplicaban lo que les correspondía legalmente.
Durante este tiempo se suc
edieron decenas de concentraciones, declaracio-nes públicas y una huelga de hambre en junio pasado. Al mismo tiempo la campaña internacional del sindicato logró la reacción de consumidores europeos, comercializadoras y certificadoras, y abrió la puerta a largos periodos de negocia-ción y mediaciones que resultaron infructuosos ante la persistencia de la empresa en no readmitir a estas empleadas «rebeldes».
Pasamos momentos muy duros, con desacuerdos y discusiones acaloradas, pero en ningún momento perdimos el rumbo ni la fe en el resultado de nuestra lucha: las trabajadoras confiaron siempre en un sindicato que nunca las defraudó y los sindicalistas respetaron siempre la última palabra y decisión de las trabajadoras.
En los próximos días las cinco luchadoras volverán a su puesto de trabajo con la cabeza alta, y con la dignidad de haber logrado una victoria justa de sus derechos y de los derechos y la dignidad de todas las mujeres inmigrantes de Almería, de todos y todas las jornaleras agrícolas andaluzas. El camino de la emancipación de los trabajadores y trabajadoras, y de la justicia social es largo y sacrificado, pero ejemplos como éste nos motivan a convencernos de que a pesar de su dificultad, las causas se ganan «por ser tan justas» como decía Diamantino García.
Después de conocer las sentencias el SOC-SAT ha ofrecido a Biosol volver al camino del diálogo que existía antes de los despidos, a fin de retomar el acuerdo de mediación de conflictos, con respeto a la estabilidad laboral y a la organización sindical de las jornaleras.
Federico Pacheco Frías – SOC-SAT ANDALUCIA
VICTORY FOR THE FIVE IMMIGRANT WORKERS AT BIOSOL
The law courts in Almeria have declared invalid the dismissal of the five Moroccan women SOC-SAT members, as being a violation of the rights to freedom of expression and trade union organization. After fourteen months of struggle and sacrifice they can go back to their jobs.
When, in August 2014, at the BIOSOL packing plant for organic produce near Nijar, Almeria, five women workers received their dismissal letters, they could not imagine what a long struggle they had before them. The five trade union members of SOC-SAT , including their shop steward Hafida Mounjid, were sacked for their participation in a documentary by the German channel ‘Arte’ about organic agriculture in Almeria. From the start they never wavered; “We’ve done nothing wrong, there was no reason for sacking us after so many years working in the company. We don’t want money or to be placed elsewhere; we are going to fight to get our jobs back whatever happens. Our dignity is at stake.”
And they did it! Two civil courts agreed: nobody can be sanctioned for freely expressing their ideas, criticisms or opinions, and even less for trade union activity. A tiny light of hope and dignity has been kindled again within the “sea of plastic”. In a climate of fear and submission, five immigrant women have challenged exploitation, maintaining their unity despite much pressure, whilst running the risk of losing everything. With no resources, no chance of working again in another warehouse and suffering rejection from their former fellow workers pressured by the company, they even turned down offers of compensation higher than those to which they were legally entitled.
During this period many demonstrations were held, public statements issued and a hunger strike started last June. At the same time, the union, through an international campaign, got a reaction from European consumers, markets and certifiers, leading to long periods of negotiation and mediation which came to nothing in the face of the refusal of the company to readmit the ‘rebel’ employees. We went through some hard times and many heated discussions, but never lost direction, or faith in the final outcome: the workers trusted a union which had never let them down, and the TU always respected the decisions made by the women.
In the next few days the women can return to work with their heads held high, having won a victory for the rights and dignity of all immigrant women in Almeria, and all Andalusian agricultural labourers. The road to emancipation of the workers and to social justice, is long and hard, but examples like this help us feel that apart from the difficulties, good causes are won “because they are so just” as Diamantino Garcia said. .
SOC-SAT has offered to BIOSOL to resume the dialogue which existed before the sackings, over conflict mediation, labour stability and the trade union organization of the women.