La pasada semana estuvo en Almería un equipo del primer canal de la televisión pública alemana para realizar un reportaje sobre las condiciones laborales de los trabajadores del campo y del manipulado.
Los periodistas pretendían comprobar la exactitud de las campañas lanzadas por algunas cadenas de supermercados alemanes, a través de las cuales dicen comercializar productos hortofrutícolas almerienses en los que no sólo se garantiza la calidad del producto, sino también el respeto de buenas condiciones laborales y sociales entre los trabajadores del sector. Muchos consumidores europeos están muy interesados en conocer esa realidad laboral de primera mano, ya que su decisión de comprar o no en ciertas superficies comerciales puede tener gran influencia, y significa una presión para que los grandes supermercados controlen a través de certificaciones si realmente se cumplen o no las exigencias que se pretende garantizar.
Desde el Sindicato les hemos puesto en contacto con trabajador@s nativos e inmigrantes, tanto del campo como del manipulado, a fin de que escuchen sus testimonios y los contrasten con la realidad que les muestran las empresas. También les hemos mostrado los alojamientos que los jornaler@s se ven obligados a ocupar, así como los sistemas de contratación «a la carta» que aún se utilizan en el campo almeriense. Sabemos que hay muchos intereses que quieren ocultar la situación de explotación laboral y social de los trabajadores del campo, así como el racismo institucional al que se ven sometidos los inmigrantes. Sin embargo vamos a seguir mostrando es cara «oculta y silenciada» de la realidad, pues la única manera de avanzar es aceptando las contradicciones e injusticias del sistema.
Nunca planteamos el «boicot» a los productos de Almería por parte de los consumidores europeos, sino por el contrario que se presione desde cualquier frente para que nuestros productos sean en verdad libres de residuos agroquímicos y libres de condiciones indignas de bajos salarios, falta de cotizaciones sociales, incumplimiento de normas de seguridad e higiene y de condiciones sociales penosas. Y sobre todo luchamos por que en Almería se produzcan hortalizas libres de una situación de precariedad laboral que reduce al trabajador a un insumo flexible y maleable a discreción, que jamás adquirirá ni siquiera la condición de fijo-discontinuo, y que será reemplazado por nuevos trabajadores cuando lleve demasiados años en la empresa o se atreva a exigir sus derechos básicos.
Desde el SOC-SAT de Almería pensamos que es importante que los consumidores conozcan cómo se producen las mercancías que compran, y que presionen para que se mejoren las condiciones socio-ambientales correspondientes, pero lamentamos que se necesite tanta «certificación» y «auditoría» privada, siempre de dudosa fiabilidad, para un control social y laboral que en un estado «social y democrático de derecho debería ser realizado y garantizado por la Administración.