Un chico de Vélez-Rubio (Almería), el hijo del confitero de la localidad, que emigra a Badalona, se hace comunista y guerrillero y acaba condenado a muerte por el franquismo. Le conmutan la pena gracias a la intercesión de Eva Perón ante Franco. Pasará más de 17 años en la cárcel de Burgos, también conocida como ‘la Universidad’ por el alto nivel de los cursos que allí imparten los propios reclusos. Es Manuel Moreno Mauricio (1908-1983) y al periodista Enric Juliana (Badalona, 1957), director adjunto de ‘La Vanguardia’, le ha servido de hilo narrativo para tejar un gran fresco literario de la resistencia al franquismo en ‘Aquí no hemos venido a estudiar’ (Arpa).
“Cruzo la biografía de unas personas singulares –cuenta Juliana que conoció al protagonista en su juventud en la que fue militante del PSUC– con el contexto histórico, explico mucho ese contexto porque la época nos condiciona extraordinariamente, es la tensión entre lo subjetivo y lo objetivo. Se trata de explicar la vida de alguien que, como dijo Manuel Vázquez Montalbán, ‘no se quiso poner de puntillas en la foto de la Transición’. Hay gente que no sale en esa foto pero hicieron cosas muy importantes”.