Este ocho de marzo, las mujeres de Andalucía conmemoramos la resistencia que llevamos a diario dentro de un sistema patriarcal y capitalista que nos ha invisibilizado históricamente, que nos ha empobrecido materialmente, marginalizado y discriminado en nuestros derechos fundamentales, violentado nuestros cuerpos y nuestros territorios y que ha conducido a la feminización de la pobreza y de la exclusión social. Nos solidarizamos con las luchas de todas las mujeres obreras, trabajadoras agrícolas, campesinas, migrantes, cuidadoras, asalariadas, que sufrimos una multiplicidad de opresiones por las condiciones de género, raza, clase, orientación sexual, de etnia, edad y discapacidades, entre otras.
Las condiciones de desigualdad de las mujeres en Andalucía se reflejan en la brecha salarial, en la pérdida de la calidad por empleos temporales, eventuales y de media jornada, desempleo, abaratamiento de despidos y cobro de pensiones. A las mujeres trabajadoras agrícolas se les relega a trabajos asociados con los estereotipos, en los roles de género, asumiendo tareas donde la desigualdad en los salarios y la precarización son mayores que en otros sectores económicos. También están expuestas a situaciones diarias de acoso y dependencia de las condiciones expuestas por empleadores que quieren abaratar mano de obra eliminando los derechos de las mujeres a tener ingresos dignos. Las mujeres migrantes se ven abocadas a trabajos esclavizantes y de servidumbre dada la situación de las estructuras sociales históricas y actuales.
Las crisis sistémicas, la desregulación, los tratados comerciales, el acaparamiento de los recursos, los programas de ajuste estructural y las políticas neoliberales han acentuado el menoscabo de las condiciones dignas de las mujeres. El patriarcado y el capitalismo socavan estos derechos porque impiden el acceso a los recursos y los espacios de decisión y liderazgo en igualdad de oportunidades y porque hacen explícita una violencia hacia las mujeres en todos los ámbitos de la esfera pública y privada.
La desigualdad en las políticas y la jerarquización de las organizaciones no contemplan un enfoque de género y generan una actitud machista que relega a la mujer a un rol servicial y que no reconoce el trabajo de producción y reproducción, de cuidados y de mantenimiento de los ecosistemas humanos, culturales y naturales, agudizando la brecha de violencia. Nos encontramos en un sistema que fomenta la falta de equidad con base en la discriminación y minusvalorización de todo aquello que no sea rentable y asimilable por el mercado bajo una lógica de lucro. Desde el SOC-SAT reconocemos los derechos de las mujeres a la tierra para las jornaleras, trabajadoras agrícolas, mujeres sin tierra, en sistemas de tenencia colectivos y consuetudinarios incluyendo los bienes comunes, en proceso de reforma agraria, en procesos de restitución y priorizando la asignación de tierras publicas (incluyendo recursos naturales asociados) a las mujeres.
Nosotras, las mujeres del SOC-SAT traemos soluciones, somos propositivas, incluyentes y luchadoras. Participamos activamente en todas las acciones reivindicativas de nuestro sindicato y aportamos a toda la parte organizativa y de logística que se requiere para apoyarlas y abogamos por mayor participación e incidencia en todas las esferas de decisión. Apoyamos el paro mundial de mujeres y decimos Basta de violencia hacia las mujeres, haciendo un llamado para que las compañeras puedan alzar sus banderas de lucha y de libertad. También nos solidarizamos con nuestros compañeros en prisión, víctimas políticas de un sistema que quiere criminalizarnos por dejar en alto la dignidad del pueblo andaluz!
“Sin feminismo, no hay socialismo, no hay transformación radical dentro de las relaciones sociales. Debemos construir un sindicato feminista de clase desde las bases, donde todas nos encontremos en igualdad de oportunidades con nuestros compañeros para avanzar juntas y juntos en el camino de la revolución.”
Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras (SAT)
Sandra Moreno Cadena (Secretaría de la Mujer en el mundo rural)
y Vanessa Carrión Martínez (secretaría de la mujer en el entorno urbano).